lunes, 24 de enero de 2011

Rutinas

Como cada mañana al despertarse,
Agarra su mochila y emprende su camino.
Pasea plácidamente entre el barrio de los recuerdos,
Se escurre ágil y precavidamente por el burdel de sus tinieblas
Donde pasan el tiempo sus más oscuros demonios
Y merodea intrigada entre lo incierto de la calle de sus dudas
Hasta llegar a la frontera de su alma.

Como cada día,
Saca de su mochila la piedra que,
Como todos los días, coloca en lo alto de su muralla
Y el puñado de arena para lo alto de su mirador.

Pero como todos los días, la larga noche ha volado sus granos
Y sus propias pisadas se hunden entre el montón
Mientras el muro se levanta inquebrantable.

Como cada día, regresa a casa por el camino más corto
Para empezar a tiempo su jornada.

Y como todos los días, vuelve la vista atrás y se pregunta si mañana
Al caer la madrugada llegará
Quien derrumbe las piedras anidadas
Y deje al descubierto su inquietud.