domingo, 22 de mayo de 2011

Estoy en Sol

Estoy en Sol por mi padre, que ha dejado de confiar en el poder de las personas de a pie contra los que deciden en este país. Por su visión pesimista de esta revolución. Porque para él ha llegado demasiado tarde, o demasiado temprano, o de manos de gente equivocada, o si no es así, pronto lo será, pronto será un instrumento en manos de algún político con pocos escrúpulos que nos usará a su antojo. Estoy en Sol porque confío y espero que esto no pase.

Estoy en Sol por mi madre, que gracias a los medios conoce la realidad a medias. Porque junto a mi padre, está harta de esta sarta de sandeces pero ha dejado de creer en la posibilidad de un cambio a mejor.

Estoy en Sol por mi amigo de sangre azul, que en su alegría por la gran victoria del PP no tiene mejor plan que “rebozárselo” en la cara a los acampados, dejándose llevar por la corriente mediática y sin molestarse en informarse un ápice sobre este movimiento, lo suficiente como para conocer un principio tan básico como su APARTIDISMO, como si esta hubiera sido su gran derrota: que los votantes del PSOE lo hayan castigado por su gestión durante estos cuatro años dice mucho de ellos y de su capacidad de crítica (la de los votantes, digo, no la de Zapatero, según el cual la culpa la tiene solo y exclusivamente la crisis, sin mencionar la gestión que de ella ha hecho el PSOE).

Estoy en Sol porque unas elecciones no son una final de Champions: lo importante (excepto para los partidos políticos, parece ser) no es quién gane, no es el 22M, son los cuatro años en que ese ganador ha de esforzarse por nuestros derechos, por nuestro país, por nuestro futuro. A veces este detalle se nos olvida.

Estoy en Sol por los perroflautas, anti-sistema y comunistas que dicen que llenan las plazas de España. Tratan de encasillar a las personas con estos calificativos porque saben que es imposible menospreciar los ideales que promovemos, que es lo realmente importante de todo esto.

* OJO, y que quede claro que en ningún momento para mí estos calificativos suponen un desprestigio o similar, pero si nos sentamos enfrente de una de esas cajas tontas que se empeñan en llamar Televisiones veremos cómo muestran asombrados reportajes sobre cómo “hay algunos perroflautas que no son vagos y maleantes, e incluso tienen trabajo” o aberraciones por el estilo.

Estoy en Sol por la organización de DRY, que se ve forzada a desmentir una y otra vez noticias falsas sobre sus principios o sus fines. Por que mantenga su integridad y sus ideales, defendiendo intereses globales y tan lejos como sea posible de la politización.

Estoy en Sol por una protesta singular: una organización ejemplar, auto-regulación, ayuda mutua, altruismo, cooperación, respeto, tolerancia…

Estoy en Sol por una idea loable, que no es decirnos a quién tenemos que votar, ni a quién no votar, o que no votemos, sino animarnos a ejercer nuestro derecho de voto de forma racional, informándonos bien de todas las opciones y votando a aquel partido que más se acerque a nuestro modo de ver las cosas, y no a aquel que menos nos disguste. Porque hoy día hay dos tipos de votantes mayoritarios: los que comparten los ideales de los grandes partidos y los votan, y los que no comparten los ideales de un gran partido y votan al otro para tratar de evitar que gane este. Si todos estos últimos ejercieran un voto basado en su grado de simpatía hacia un partido de la amplia oferta electoral, estoy convencida de que el panorama político español cambiaría significativamente. 

Estoy en Sol por la habilidad de los políticos de hacer oídos sordos a tanto ruido. Me gustaría conocer al que les fabrica sus disfraces de político a prueba de críticas.

Estoy en Sol por los medios extranjeros que están dando a esta protesta la importancia que se merece. Por Islandia que nos precedió y por los que nos seguirán.

Estoy en Sol porque creo que la política, igual que el mercado, funcionaría mucho mejor si existiera un sistema de competencia. En el mercado es necesaria la regulación de monopolios y oligopolios para evitar que abusen de su posición de poder: en política es igual, hay que fomentar la competencia para que realmente tengan en cuenta nuestras preferencias y, lo que es más importante, nuestras necesidades.

Estoy en Sol porque ESTO PODEMOS CAMBIARLO. Siempre nos hemos sentido hormiguitas obreras aisladas y con poco poder. Es hora de borrar este sentimiento. Es hora de confiar en la sociedad, en nosotros mismos. No estamos solos, mucha gente comparte nuestro desagrado y está dispuesta a luchar por nuestros ideales, solo hay que quitarse las cadenas y A LA CALLE. SIN MIEDO.

Por un sistema justo y responsable.

martes, 3 de mayo de 2011

Déjame sin aliento